Su mamineja, Yasna, nos cuenta cómo fue la intervención de este pequeño orejón, y lo clave que fue para la reunión con su nueva hermana: Morita.  

Marley llegó a mi vida en octubre de 2016,  estaba muy mal cuidado en su anterior casa. Tenía pulgas, estaba desnutrido y lo más complejo era su dentadura enorme ya que sufría de maloclusión de incisivos y nunca fue tratado. Fue un amor a primera vista, y decidí adoptarlo para que acompañara a Morita, mi pequeña que llevaba 2 años y medio como hija única.

Antes de llevarlo a casa y luego del tratamiento dental que recibió, Marley Antonio fue castrado. Quise reducir al máximo los problemas de territorialidad con Morita, a pesar de que ella estaba esterilizada desde los 7 meses. Unas amigas lo alojaron algunos días luego de la castración, pero yo iba a cuidarlo a diario, le daba sus medicamentos en el horario indicado y le hacía limpieza en la zona intervenida (sus ex bolitas). La verdad es que en machos es mucho más sencillo todo, la intervención clínica y los cuidados, siempre he creído que Marley no se dio cuenta de nada jajajaja, su vida siguió muy normal y él a diferencia de su hermana ama sus medicamentos.

Si mal no recuerdo fueron como 7 días de cuidados y luego vino el proceso de llegar a casa, donde se conoció con Morita, pero luego de poco tiempo, semana y media, lograron compartir espacio y hoy viven como los mejores hermanos conejos del mundo. Por nuestro lado la experiencia de su castración fue muy tranquila y la recomendamos absolutamente para reducir comportamientos de territorio y evitar cáncer en sus bolitas.

Marley a veces recuerda que es machote e intenta montar a su hermana por la cabeza y Morita arranca jajajaja…no sabe mucho del tema el gordo jajaja.

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