Hola a todosh!, quishiera compartir con ushtedesh mi experienchia en mi corta vida junto a mi mami, como hemos reshuelto y roto variosh mitos existentesh en relación a como se debe tener, criar y por shobretodo amar a uno de mi eshpecie. Lo que másh me deshconcierta esh que la gente, en general, nosh llama roedores -agggg! Error!-, y nosh atribuye cashi por grachia divina el confinamiento inmediato a una celda, jaula o eshpacio reshtringido, como si fuese algo que se nos confiere por el sholo hecho de no sher perrosh o gatosh.
Deshde que llegue a la vida mi mami, ambash shupimosh que mi chercanía con alguno de eshtos mal llamadosh hogaresh para conejosh sería simplemente en caso de sher estrictamente necesario, y no, prácticamente jamásh lo fue.
Losh conejos shomos animalesh tan inteligentesh como cualquier otro, entendemos, aprendemos y shabemos perfectamente lo que hachemos –lo bueno y lo malo jiji-, debido a eshte shimple hecho –que shi she nos confirió por grachia divina-, podría afirmar con gran seguridad que cualquiera de mish amigosh de mi eshpecie esh capaz de vivir una vida libre de barrotesh e incluso… libre de traveshurash. Por lo demásh, amamosh explorar losh eshpacios –con cierto cuidado y deshconfianza en mi caso-, hacelosh propios y definir nueshtos lugares predilectosh para reposhar tranquilamente o tener una shieshta. Por ello, quishiera contarles como fue mi proceso de adaptación. En primera inshtancia mi mami me permitió recorrer nuestra pieza, shin restriccionesh y siempre teniendo en cuenta que yo no tuviese ninguna vía de eshcape o lugar donde pudiera quedar atrapada –ventanash, agujerosh, puertash, closet, etc.-, además, se preocupó de tener todos los cables en altura al igual de elementos que yo pudieshe masticar y que me hicieran mal. Logré adaptarme muy bien y de inmediato pashó a ser de su cama a nuestra cama, además de que escogí donde shería mi baño y mi comedero, incluso mi lugar de shiesta de media tarde. Ese fue el comienzo, y luego poco a poco pudimos descubrir juntas el resto de nueshtra casa. Mi tata she encargó de cerrar con una reja el balcón para que yo no corriera ningún rieshgo y mi mami me ensheñó a no comer las plantash, cablesh, mueblesh, alfombrash, almohadash, peluchesh, ropa, zapatosh y cortinash –en el comienzo, sin mucho éxito debo decir jiji-, y aunque tuvimosh algunos inconvenientesh propiosh de mi etapa juvenil de rebeldía y maldadesh como dice ella –aunque para mi es un arte incomprendido-, shuperamos muy positivamente mi primera etapa de niñez. Ahora vivo una vida libre en mi hogar, mi mami confía en mí y yo en ella, me siento libre de inveshtigar y reposhar donde yo quiera, siempre con la mirada atenta de mi mami y sus cariños y mimos constantesh. Al comienzo mi mami me hacía dormir en mi jaula, pero ya cuando tenía tresh mesesh no se reshistio a dormir conmigo –soy irreshistiblemente regalona con ella-, y la jaula pasó a ser un mueble más donde mi mami pone mi bebedero y que she mantiene constantemente abierta por shi quiero entrar o tomar agüita. Así debiese ser para todos, porque nueshtro ejemplo esh sholo una muestra de que con dedicación y paciencia se puede, nadie merece vivir una vida enjaulada shin haber cometido delito alguno, eshto además fortaleció nuestro vinculo como familia y ya no podemos vivir la una sin la otra. Como medidash básicash para lograr lo que noshotras tenemos y mi vida en libertad existen tres ingredientesh, la precaución –ver todos los poshibles peligrosh y minimizarlos a cero-, pachiencia –este es un ingrediente que debe estar en aaaaalta cantidad jiji-, y por shobre todo amor –porque como dicen, con amor todo se puede-.
Cariñosh a todosh,
Y que todosh tengan siempre shu dia del plataaaanuuu.
Canelita Botitas.
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